martes, 29 de julio de 2008

XV CONGRESO MUNDIAL DE CRIMINOLOGÍA

Los pasados días 20 al 25 de este mes de julio de 2008, se ha celebrado en Barcelona el XV Congreso Mundial de Criminología de la Sociedad Internacional de Criminología. Los Congresos Mundiales se vienen celebrando desde 1938 cuando tuvo lugar el primero en Roma. Inicialmente, tenían lugar cada 5 años y en la actualidad se celebran cada 3. La sede del anterior fue Filadelfia (USA) y el pasado día 25 de julio se anunció que el próximo tendrá lugar en la ciudad japonesa de Kobe en el año 2011. La única vez que se había celebrado un Congreso Mundial de Criminología en España fue en Madrid en el año 1.970.

El tema general de este XV Congreso que ha sido “Criminalidad y Criminología: Investigación y Acción”, se ha subdividido en tres campos significativos del estado actual de la criminalidad y de su control en las principales regiones del mundo: criminalidad transnacional, criminalidad urbana, y víctimas y justicia restaurativa.

Para incidir en el primero de ellos se trató de tener en cuenta el valorar las tendencias dominantes de la criminalidad en un contexto de globalización económica, cultural y de extensión de los fenómenos migratorios, tratando los siguientes asuntos:
- Crimen organizado, criminalidad económica, cibercriminalidad, terrorismo, tráfico de seres humanos y de drogas.
- Necesidad de una cooperación interestatal y transcontinental.
- Desarrollo de políticas supranacionales con vistas a la adaptación de las legislaciones y de la política-criminal nacionales.
- Papel específico de la Criminología: educación, investigación y política-criminal.

Respecto del segundo, el estudio se centró en cómo el desarrollo creciente de las ciudades en las diferentes regiones del mundo llama a una renovada reflexión sobre la relación entre este fenómeno social y la criminalidad. Por ello, los temas principales se refirieron a los siguientes aspectos:
- Grandes metrópolis urbanas y aumento de la criminalidad y de la violencia contra el poder, las leyes y el orden público.
- Inseguridad de la población.
- Influencia de la diversidad cultural y de los fenómenos migratorios.
- Búsqueda de nuevas estrategias (policía, prevención).
- Papel deseable de la Criminología en las políticas urbanas (city planning).

En el tercero, se ha profundizado en la existencia de un nuevo interés por la víctima y por el lugar que se le debe reservar en el proceso penal mediante los siguientes temas:
- Criminalidad y victimización.
- Criminología y victimología.
- Justicia penal y derechos de las víctimas.
- Procedimientos de reparación, compensación, mediación, reconciliación, conferencing y formas de la justicia comunitaria.
- Victimizaciones masivas y procedimientos especiales de comisiones de verdad.
- Desarrollo de asociaciones de víctimas (grupos de presión).
- Justicia restaurativa y papel de la Criminología.

Para desarrollar todos estos temas se han celebrado 11 sesiones plenarias y 157 mesas redondas, con un total de 435 ponentes. Entre los más de 950 asistentes de más de 60 países ha podido verse a criminólogos tan importantes y conocidos como, entre otros, a Setsuo Miyazawa, David Garland, Yutaka Harada, Tony Peters, Serge Brochu, Mª Luz Lima, Larry Sherman, George Kellens, Augusto Balloni, Miklos Levay, Luis Rodríguez Manzanera, Larry Sherman, Denis Szabo, Eugenio Raul Zaffaroni, Ezza Fattah, Marc Groenhuijsen, Letizia Paoli, Emilio Viano, Wesley Slogan o Johan Goethals.
Sin olvidar a los españoles Vicente Garrido, Santiago Redondo, Esther Giménez-Salinas, Cristina Rechea, Andrea Giménez-Salinas, Anabel Cerezo, José Mª Tamarit, Esther Fernández Molina, Myriam Herrera, Jorge Sobral, Diego Torrente, Antonio Andrés Pueyo, Elisa García España o Carlos Vázquez, entre otros.
Tampoco han faltado penalistas que, de alguna u otra manera, se acercan a veces por el “lado oscuro”, como ha sido el caso de Santiago Mir, José Luis Díez Ripollés, Mirentxu Corcoy, Joan Joseph Queralt, José Luis de la Cuesta o Luis Arroyo Zapatero.

Como actividad paralela ha destacado la exposición “Materiales zurdos (Art & Criminology)”, de pintura, escultura e instalaciones del artista y criminólogo ilicitano Eutiquio Estirado, que ha sido visitada por un gran número de barceloneses, además de los asistentes al Congreso.

Por último destacar que la SIC (Sociedad Internacional de Criminología) y la FACE (Federación de Asociaciones de Criminólogos de España) han suscrito conjuntamente, con ocasión de este XV Congreso Mundial, un documento en el que se han plasmado una serie de recomendaciones sobre el futuro deseable en España de la Criminología y la profesión de criminólogo.

2 comentarios:

Administrador dijo...

Querido Paco. Vaya post más soso: hombre, el cartel ya lo podríamos haber visto en otro lado. Es que no se dijo nada interesante? Tanto mundial y tanta criminología, y al final lo importante es que si estaba mengano y si zutano se pasa o no al lado oscuro?

Paco Bernabeu dijo...

Pues eso pasa por ser -por una sola vez- políticamente correcto.
La verdad es que hubo más de una discusión criminológica.
Una fue la de David Garland -que abrió el congreso- con Ezza Fattath, que lo cerró (con lo cual fue ese uno de los hilos vertebrales de varias intervenciones). Y se centró en las relaciones de la Criminología con otras ciencias.
Os transcribo textualmente alguno de los párrafos de la intervención de Fattah que puede interesaros especialmente a los penalistas (tú lo has querido):
"Déjenme dejar claro desde el principio, en términos aproximatorios, que la Criminología no es una adenda ni un apéndice del Derecho Penal. Son dos disciplinas distintas y separadas. El Derecho Penal es normativo, la Criminología no. La Criminología no define ni proscribe normas de conducta o reglas de comportamiento. Esto no ocurre en los juicios de valor y comportamiento que estudia. La Criminología es empírica, el Derecho Penal es teórico y dogmático.
La Criminología intenta buscar explicaciones. No está interesada en las ficciones legales, sólo en la realidad social. Estudia el comportamiento real, no el ideal e intenta comprender y explicar el porqué del modo de comportarse. Nunca he comprendido sin embargo, el desdén con el que se ha tratado a la Criminología por parte de muchos de los viejos profesores de Derecho Penal y escuelas legales con los que me he encontrado en mi carrera.
A pesar de su obvia naturaleza social, empírica, no dogmática y no especulativa, la Criminología continúa enseñándose en esos países, en facultades de Derecho como una rama auxiliar del Derecho Penal, como una asignatura secundaria, no esencial y muy a menudo optativa. Hay un par de notables excepciones, por ejemplo, Bélgica y el Reino Unido. Sin embargo, en los otros países, liberar a la Criminología de las cadenas y los tentáculos del Derecho Penal ha sido algo interminable y una batalla perdida para los académicos progresistas que aspiraban a crear departamentos autónomos en las escuelas de Criminología. Una de las cosas que me atrajeron personalmente de la Universidad Simon Fraser cuando fui invitado a poner en marcha el programa de Criminología, fue el hecho de que la universidad no tenía -y todavía no tiene- una facultad de Derecho.
Pero la ausencia de la Criminología, y de otras ciencias sociales, en el currículo de las Facultades de Derecho en Norteamérica, tiene consecuencias alarmantes. Al excluir las ciencias sociales y del comportamiento y restringir el currículo a los futuros abogados, fiscales y jueces, se está dificultando seriamente el desempeño de sus funciones diarias.
Como he mencionado reiteradamente, la Criminología es una disciplina científica no normativa y no ideológica. Está interesada en hechos no en ideales. Estudia el comportamiento real y analiza los hechos como son, no como deberían ser. La Criminología no es ni moral ni inmoral. Es amoral. Por el contrario, la Política Criminal tiene poco que ver con la ciencia y todo que ver con los políticos y la ideología.
Histórica y tradicionalmente, la Política Criminal ha protegido los intereses de los ricos en contra de los pobres, de los pudientes en contra de los no pudientes, los de los poderosos en contra de los débiles, de los influyentes en contra de los insurgentes que amenazan su poder. Más recientemente, la Política se está orientando a promocionar los intereses de las víctimas del crimen a expensas de los derechos de los infractores. Pero la ciencia y el partidismo son incompatibles, aunque van cogidos de la mano. Una vez que los investigadores toman partido, se convierten en abogados defensores pierden su neutralidad, su objetividad y su credibilidad.
Este es un principio fundamental que debería ser considerado seriamente por los criminólogos y victimólogos que han adoptado la causa de las víctimas del crimen y que dicen hablar en su nombre. Esto va en contra de los defensores de las víctimas que están intentando constantemente separar la Victimología de la Criminología, y crear una empresa política e ideológica que no tiene nada que ver con la ciencia.
La política criminal siempre ha estado diseñada, formulada y legislada por expertos en leyes y políticos, no por criminólogos. Es una política formada y moldeada por las ideologías conservadoras, y más recientemente por las políticas punitivas.
La Política Criminal actual es un ejercicio político y no es necesaria para que la Criminología sea vista, o se convierta en una herramienta de represión. Esto sería un giro de 360 grados en sus raíces históricas y en su noble misión original de defender al individuo frente al poder de la tiranía."

¿Qué pensáis los penalistas de ésto? A los criminólogos nos parece interesante...